Recientemente leí un libro que considero maravilloso, corto, pero de gran valor llamado “No permitas que nadie te robe tu sueño” de Dexter Yager, donde en sus nueve capítulos nos impulsa a ser ganadores para alcanzar el éxito, teniendo en cuenta que todo dependerá de nuestra dedicación y deseo de cumplir nuestras metas. Inicialmente nos incentiva a soñar, a darnos la oportunidad y no permitir que nadie tome decisiones por nosotros destruyendo nuestros sueños.
Debemos entender que ninguno de nosotros pidió estar aquí, Dios nos puso aquí con un propósito, las metas son dadas e impulsadas por Él. Debemos reconocer nuestras potencialidades y limitaciones, teniendo la disposición de empezar desde abajo. Resalta el autor que las personas que abandonan sus sueños se dirigen a un camino donde la inseguridad, inestabilidad y frustración son su recompensa, como resultado... se estancan. Para obtener algo de valor se requiere genuino esfuerzo.
Y al leer esto veo que nuestra sociedad cada vez más se dirige por el camino contrario enfocándose en el dinero fácil, la falta de valores, respeto por las cosas de los demás y llenándonos de cosas vanas como el mejor carro, mejor ropa o mejor casa. Estamos en un mundo donde vivimos no para ser más felices sino para aparentarlo no importando lo pobre que se que sea de corazón y virtudes. Vivimos en un país tercermundista donde tenemos mejores vehículos en las calles que países de primer mundo.
Volviendo al libro nos demuestra que “Somos tan grandes como nuestras mentes nos lo permiten y que mientras más cerca estas del éxito más difícil se hace alcanzarlo”.
En cuanto a los ganadores reflexiona que según cambiamos de metas, cambiamos nuestras relaciones, necesitando amigos que estén en las buenas y en las malas, pero desarrollando relaciones con aquellos que pueden ayudarte a lograr tus sueños. Reconocer la diferencia entre ser bondadosos con personas negativas e identificarse con su filosofía de vida. En proverbios 27:19 de la biblia dice: “Como el rostro en el agua es reflejo del rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre”, el autor del libro lo relaciona con que “el espejo refleja el rostro del hombre, pero lo que el realmente es lo demuestra con la clase de amigos que escoge”.
Debemos tener metas a corto y largo plazo, con una base sólida permitiendo planificación y adiciones futuras. Conocer puntos fuertes y limitaciones. Ser sinceros con nosotros mismos. Luego viene la pregunta: ¿ qué estamos haciendo por nuestro futuro? Las noticias nos resaltan lo fácil de lograr las metas sin entender que es sólo a corto plazo, está más que demostrado que lo que fácil se logra fácil se pierde.
No debemos echarle la culpa a los demás de nuestros fracasos, debemos de reconocerlos y esforzarnos cada vez más. Quienes no lo reconocen, no tienen éxito y ponen en riesgo nuestras metas, además de entender que siempre tienen la razón, la culpa no recae en porque su carácter no le permite admitir su defectos personales, tienen falta de motivación, dice el autor.
Hay tres clases de personas:
1.
Perdedores: Nunca ganan, están derrotados antes de empezar, no tienen esperanza, toman decisiones rápidas.
2.
Los que se recuestan de otros: Ambivalentes, sin identidad propia, conformistas, no re arriesgan
3.
Líderes:triunfadores, confianza en sus habilidades para dirigir a otros hacia el éxito, ganadores, acepta sus fracasos y errores, los supera y sigue luchando. Lo que parece imposible lo asume como reto. Salta obstáculos y hace el esfuerzo requerido.
Para que el mundo sea mundo deben de haber todo tipo de personas. Pero procura
Tu pertenecer a los líderes y tener amigos líderes, Sabiendo manejar nuestra imagen en todo momento y lidiar con las personas.
Tomado del libro “No permitas que nadie te robe tu sueño” de Dexter Yager
Alina Castillo Pineda